Pablo Ignacio Calandria

Hoy les vamos a relatar una historia curiosa, de como se puede pasar del amor al odio en un instante, de la fama a la ruina en un mísero segundo, de la admiración al desprecio, en milésimas... que pena. Y hoy les vamos a relatar una historia de un jugador aclamado en Argentina y en Francia y repudiado en España y posteriormente, otra vez en Argentina y en Chile. Bueno, sin mas predilaciones, demos paso a este jugador con nombre de pájaro. Se llama Pablo Ignacio Calandria (Ituzaingo, Argentina, 15 de Marzo de 1982). Pues bien, este mozuelo, ya de joven apuntaba maneras, y se alistó (ni que fuera el ejército) en las canteras de Huracán de Buenos Aires, y se ve que era notable su calidad entre el resto de chavales, ya que con sólo 16 años los entrenadores de Huracán lo plantaron en el campo del primer equipo, con los jugadores del primer equipo y contra los rivales con los que tenía que jugar el primer equipo. Y los críticos de fútbol, tras aquel partido, vieron en él una futura estrella, una promesa, que podía llegar muy lejos y que los grandes se lo iban a rifar.



Pues bien, solo valieron 6 jornadas posteriores a esa para que se rumoreara que River Plate, un grande de todos los tiempos de la liga argentina, aunque actualmente el destino le depare otra cosa, había presentado una oferta por él, de 850.000 dólares (unos 900.000 euros, el dolar y el euro estan casi igual). Y finalizó la temporada, y parece que Calandria tenía posibilidades de recalar en River, pero otro equipo se le adelantó. El Olympique de Marsella presentó una oferta mas elevada por el, y ni el club ni el jugador se lo pensaron dos veces. Con solo 17 años, Pablito se iría a vivir a Francia, para ver si allí conseguía un gran cartel y se lo llevaba un club grande. Pero en el Olympique no encontró lo que él quería. En aquel Olympique había muchas estrellas que lo tapaban y dificultaban su progreso. Por eso, el club marsellés, tras ver que la primera temporada de Calandria en el club no fue del modo deseado, y que si no jugaba se les podía ir, optaron por cederle, pero no muy lejos, en el mismo campeonato francés, en el Lens. Parece que las cosas allí fueron un poco a mejor, y viendo ese progreso, en enero de 2001, tras solo media temporada en Lens, volvió al Marsella, a ver si esta vez podía contribuir en algo, pero mas de lo mismo: los cracks del equipo no dejaban fulgurar a esta prominente estrella, asi que en verano lo cedieron otra vez, pero optaron por hacerlo a una liga mas competitiva, como la española, por ejemplo. Y así es como Pablito (no, este pablito no) Calandria llegó a la Costa del Sol, a nuestro querido Málaga, que ante su llegada no le quedó otra solución que replicar: ¿Por qué? ¿Por qué esto a mi? Y además como vemos en el cromo de la imagen superior, y esto le interesará al amigo Cyborg (que me tome la imagen prestada si así lo desea) el balón está súperpuesto muy claramente. Parece ser que antes no era como ahora, no tenían muchos duros para hacer presentaciones en condiciones. Pues bueno, los del Marsella lo estarían observando a ver como le iba en este campeonato, y se quedaron un tanto sorprendidos, si. Un tanto sorprendidos, pero no precisamente para bien. Ese jugador que debutó con 16 años en el campeonato argentino, que con solo verlo 6 encuentros River se lo rifaba y que tan bueno era aparentemente a la vista de todos, no era capaz mas de jugar 54 minutos en 3 partidos. Algunos le charon la culpa a la juventud del jugador, 19 años, cosa que con 3 años menos no le había molestado en Huracán. A los del Marsella se les quedó una cara de "nos han engañao" que no veas, y al Málaga se le quedó la misma, suerte que era cedido y no fichado (¡Ja,ja!). Y salió de Málaga, pero no de España, ya que se fue ya si, traspasado al Leganés, un gran club que todas las temporadas decidía en la ultima jornada si descendia a 2ªB o no. Parece ser que todo fue una maniobra rápida, ya que así, si se iba pronto al Leganés, se ahorraban de ver a semejante paquete en verano entrenando con ellos. Además, el presidente del Olympique habló con el todopoderoso mandamás (¿?) Jacques Chirac para que si lo veían venir rumbo a Francia cerraran la aduana lo antes que pudieran.


Bueno, observemos como le fue a Calandria por Leganés, donde coincidió con Lawal, Webó, y con algunos históricos como Baba Sule o el mismísimo Unai Emery. Su adaptación a la división de plata no fue mala del todo, jugando 26 partidos y marcando 8 golazos. Pero la temporada no acabó felizmente. En la última jornada, tras perder 2-0 en casa del Terrassa, el club madrileño quedó decimonoveno, asi bajando a 2ªB. ¡No puede ser!-se repetía Calandria. Y efectivamente, no fue asi. Se decidió que administrativamente descendiera por impagos el Compostela, que había quedado noveno,  y pudo el Leganés así mantener la categoría. Esto le valió a Pablito para quedarse un año mas en el Leganés. Esta temporada, 2003/04, llegó como entrenador Carlos Aimar, y el Leganés se convirtió en el Leganés de los argentinos, contando con 15 sin contar al míster: Vitali, Alessandría, Mustafá, Nico Medina, Pablo Rodríguez, Enría, Leyenda, Marini, Navas, Domínguez, Kuhl, Pietravallo, Turdó, Chamot y el propio Calandria. Pues bien, Calandria jugó 37 partidos y marcó 7 goles, siendo el máximo goleador del equipo esa campaña. Pero en la última jornada se repitió lo del campeonato anterior: perdieron en casa 0-1 con el Almería, y quedando decimonoveno otra vez. ¡Bah, da igual!-pensaría nuestro protagonista-¡Seguro que al final baja otro! Pero esta vez no pasó, y bajó el Leganés, no volviendo a ascender a segunda hasta la fecha. Entonces Calandria se marchó lo antes que pudo, pensando seguro, al mas puro estilo Homer Simpson: "Ya esta, otro lugar al que no puedo volver mas". Y corrió y corrió, hasta arribar a Gijón, donde se quedaría las dos siguientes temporadas, haciendo una primera campaña regular, con solo 2 goles, y una segunda campaña bastante buena, con 39 partidos y 12 goles.


Fue, cuando estaba en su mejor momento, cuando decidieron no renovarle, y se marchó al Hércules. Entonces, cuando llegó el partido Hércules-Sporting, contra su ex-equipo, hizo unas declaraciones casi en tono amenazante, como si fuera a hacerles algo, vamos. Pues tras una temporada irregular y de altibajos, en la que jugó 24 encuentros y logró 6 tantos, recaló en el Albacete, donde a sus 25 años parecía mucho mas mayor, y sus 38 partidos y 5 goles con el club manchego no le valieron la renovación, viendo que las oportunidades en España se le acababan y teniendo que regresar a su patria madre, Argentina. Fichó por el Gimnasia Jujuy, donde empezó como titular gracias al técnico Omar Labruna que le ofreció su confianza, pero que poco duró la alegría en casa del pobre. Debido a los malos resultados, Labruna fue cesado, y el nuevo míster, Héctor Arzubialde, le ofreció su confianza para hacerle compañía en el banquillo. Viendo que esto no podía ser así, en 2009 recaló en el Atlético Tucumán. Solamente jugó 6 encuentros y marcó 1 gol, precisamente contra Huracán, el club donde empezó todo. Viendo que tampoco tenía suerte aquí, probó en la liga chilena, primero en el Santiago Morning, donde con un gol en la prórroga salvó a este equipo de descender a segunda (uno de los pocos que marcó) y luego, en el Universidad Católica, a expresa petición del técnico Juan Antonio Pizzi, viejo conocido para los españoles. Y en este último equipo juega actualmente a sus 29 años, donde ha despertado las ilusiones de muchas personas, e iremos viendo como le va en su nuevo club. Asi es, Pablo Calandria, un jugador que iba para hombre pero se quedó en mono... no, eso no, un jugador que iba para crack (supuestamente) y acabó despechado en Olympique de Marsella, Málaga, Leganés, y algún equipo mas. La vida es cruel, muy cruel, Pablo Calandria lo ha podido comprobar